lunes, 28 de abril de 2014

61.








Hay días que no se escribir
y sólo se comunicarme
a través del piano, con un lenguaje
limitado
pero a veces más eficaz.

Hay días que se juntan con domingos
y sólo puedo vernos haciendo el loco
por las calles de Madrid
como si estuviésemos en un videoclip
de un grupo pop a cámara lenta.

Hay días en que vivo en el sueño de la noche anterior
y sólo recuerdo en que estábamos conectados
en una realidad paralela ajenos a lo demás
pero es suficiente para
hacerme pasar el día echándote de menos.

Hay días en los que sigo escribiéndote desde la distancia
y sólo pienso en las estupideces que hago continuamente
por evitar poner la realidad de frente
y enterrar de forma permanente
todo aquello que tenga que ver con tu energía.

Hay días…

Últimamente todos son ese día.


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